• Mediante 150 piezas arqueológicas aborda los diversos bienes mercantiles de esta cultura y sus redes de intercambio en Mesoamérica
• Los núcleos temáticos detallan la organización política, rutas y puertos, la navegación y las transformaciones comerciales del siglo XVI
Ek Chuah, “estrella negra”, antiguo patrono de los comerciantes y los cacaoteros, es la divinidad que auspicia la nueva exposición temporal del Museo Regional de Antropología de Yucatán (MRAY), Palacio Cantón, dedicada al comercio entre los mayas, a partir de investigaciones sobre el boyante tráfico de bienes que hubo en la península durante la época prehispánica.
El director del recinto meridano, adscrito a la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Bernardo Sarvide Primo, detalla que para dar cuenta de los productos que mercaba esta civilización y sus redes de intercambio con otras regiones mesoamericanas, lejanas y circunvecinas de los actuales territorios de Guatemala, Belice y Honduras, se seleccionaron 150 piezas de las colecciones arqueológicas del museo.
Estas datan principalmente de los periodos Clásico (300 d.C.-1100 d.C.) y Posclásico (1100 d.C.-s. XVI), e incluyen cerámica plumbate del Soconusco chiapaneco y esculturas de bulto de la citada deidad, que solía ser representada como un viejo con un solo diente, pintado de negro y con el pelo atado, parecido al aspecto de un mono.
También, destacan objetos lapidarios y malacológicos (adornos de jade y concha), así como metálicos (pendientes y cascabeles de oro), recuperados de contextos rituales de las zonas arqueológicas de Oxkintok, del Cenote Sagrado de Chichén Itzá y de la ofrenda funeraria de Ukit Kan Lek Tok’, “El padre de las cuatro calabazas de pedernal”, quien gobernó Ek’ Balam, hacia 770 d.C.
Para introducir a este periplo, vía los sacbe’ob (caminos blancos) y la circunnavegación, la muestra da referencias históricas, como las de fray Diego de Landa quien, en su Relación de las cosas de Yucatán, anotaba que “el oficio al que más inclinados estaban era el de mercader, llevando sal, ropa y esclavos a tierra de Ulúa y Tabasco, trocándolo todo por cacao y cuentas de piedra, que eran su moneda”.
El guion museográfico de la exposición parte de los estudios en torno al antiguo comercio de los mayas, realizados por el arqueólogo del Centro INAH Yucatán, Luis Millet Cámara; y ofrece un panorama de la expansión de esta actividad y sus cambios a raíz de la invasión española.
Para ello, detalla Sarvide, se plantearon seis núcleos: el primero de carácter introductorio, para luego abordar la organización política, los atributos de Ek Chuah como protector del comercio, rutas y puertos, la navegación entre los mayas, y las transformaciones comerciales y políticas en Yucatán, durante el siglo XVI.
El sistema de organización sociopolítica imperante en las tierras mayas, antes de la llegada de los conquistadores, se basó en el dominio de los linajes, a su vez, sustentado en el acceso a recursos y a la circulación de bienes de prestigio. Por tal motivo, los mercaderes emparentaban con los gobernantes y tenían posesiones, como los comerciantes de Tabasco y Xicalango, que eran dueños de huertas de cacao.
En las ferias y en los santuarios-mercados se intercambiaban los bienes derivados del tributo y del comercio interregional, el cual se hacía por las vías terrestre y marítima, ya que el cabotaje en los chem (canoas de hasta 9 metros de longitud, que transportaban entre 15 y 20 personas) permitía enlazarse con sitios de los golfos de México y de Honduras. Antes de cada viaje, oraban a los dioses, entre ellos a Ek Chuah.
Según explica el historiador Luis Millet, ya en el siglo XVI, la base alimenticia en esta zona continuó siendo la milpa y sus productos, ya que los europeos se encontraron en un territorio sin minas y un clima impropio para la producción de cereales, como el trigo. Asimismo, las mantas de algodón y la sal obtenida de los terrenos cenagosos de la costa norte, de cuyo comercio tomaron el control, fueron los productos de exportación de la provincia de Yucatán.
Los conquistadores poco pudieron modificar las actividades que sustentaban la economía del territorio que hoy ocupa Yucatán; sin embargo, concluye el investigador, la cría de ganado bovino avanzó lentamente y llegó a afectar a las comunidades mayas.
La exposición cuenta con un área lúdica dedicada al público joven, el cual puede aprender de forma interactiva sobre la importancia cultural de esta actividad entre los mayas de ayer y hoy. Ek Chuah. El comercio entre los mayas permanecerá en el MRAY hasta julio de 2025. Su acceso es con boleto de entrada al recinto, salvo los domingos, cuando el ingreso es libre al público.
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