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Arranca el ciclo de conferencias
Arranca el ciclo de conferencias “Mujeres y representación” con análisis sobre el imaginario femenino en el cine mexicano.

*** La historiadora emérita Julia Tuñón advirtió sobre la propagación de los estereotipos del papel de la mujer en cintas de la Época de Oro

*** El programa se compone de cuatro ponencias que se transmitirán los martes de marzo por INAHTV

Boletín 129

 

En el marco de la conmemoración del Día de las Mujeres, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Coordinación Nacional de Difusión y la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), organizó el ciclo de conferencias “Mujeres y representación”.

 

La fascinación que ejercen las imágenes en movimiento convierten al cine en un medio de “trampas” para los espectadores, cebos visuales que, particularmente en la llamada Época de Oro, contribuyeron a fijar estereotipos y arquetipos sobre las mujeres en la sociedad patriarcal mexicana, sostuvo la investigadora Julia Tuñón Pablos durante el estreno de la serie de cuatro conferencias.

 

Los martes de marzo, de 17:00 a 19:00 horas, las especialistas de la DEH –Rosa Casanova García, Esther Acevedo Valdés y Consuelo Maquívar Maquívar– dictarán las ponencias “De nahuas, faldas y corsés”, “La mirada masculina y la femenina en el retrato del siglo XIX” y “La mujer en la cultura de la Nueva España”, respectivamente, cuya transmisión puede seguirse y consultarse en www.youtube.com/@INAHTV">INAH TV.

 

Julia Tuñón hizo hincapié en que la composición cinematográfica guía la lectura del espectador, de manera que cada símbolo, encuadre, banda sonora, iluminación y edición de las escenas, entre otros tantos elementos, sublima la percepción de quien ocupa la butaca o el sillón: “las ideas que las personas tienen como arsenal para comprender el mundo, y aquéllas que se les quiere inculcar para cumplir con un determinado rol. Se confunde la moral social con las prácticas sociales”.

 

Durante la Época de Oro del cine mexicano llegaron a filmarse hasta 150 películas en un año, cantidad que contribuyó a generar un imaginario en torno al género femenino, el cual implicó ciertas características “para que se ejerciera eso femenino” desde los ámbitos sexual y cultural. “Lo importante es preguntarse por qué y cómo se hace esto”, indicó.

 

“En estas cintas son muy claros los estereotipos, entendiéndose como la simplificación de una serie de características humanas y, a su vez, estos crean arquetipos que encarnan conflictos medulares; por ejemplo, el amor imposible o el poder devorador. En ese sentido, el primer arquetipo de la mujer que nos muestra el cine mexicano es como emanación de lo caótico, dadora de vida y de muerte”, argumentó la emérita del Sistema Nacional de Investigadores.

 

“Este principio va a entrar en conflicto con las mujeres de carne y hueso, de ahí que ­–a propósito del Día Internacional de las Mujeres– debemos rescatar nuestra humanidad y nuestro ser, como sujetos sociales e históricos; de lo contrario, nos convertimos en un arquetipo sin lógica, sin coherencia y sin realidad propia”, insistió la autora de Mujeres, entre la imagen y la acción.

 

La narrativa cinematográfica, dijo, “desarrolló este arquetipo de lo femenino a través de personajes dicotómicos, que se complementan y crean un absoluto. Así se tiene a la novia, la esposa, la prostituta, la joven, la vieja, la empleada, la rica, la santa y la pecadora […], mujeres que haciendo uso de sus ‘recursos’, van a manipular todas las tramas”.

 

De esta manera, “se plantea que las mujeres no son fiables, que con ellas no se sabe dónde acaba la virtud y empieza el vicio; subyace una entelequia muy poderosa y peligrosa de que, al final, todas son iguales. Esta idea de que, en el cine mexicano, las mujeres no se mueven: son abnegadas, sumisas, golpeadas y sin personalidad. Esto simplemente no es verdad”.

 

Julieta Tuñón finalizó diciendo que el cine mexicano sublimó ese gran principio ambigüo de la mujer, el de alguien inasible, usando el “amor para otro” –principalmente hacia los hijos– como medio de control: “El amor de la buena mujer es absoluto, porque si es amor a ella misma, es una villana. Pasa de la cima, a la sima”.

ATENCIÓN A MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Antrop. Beatriz Quintanar Hinojosa
Coordinadora Nacional de Difusión

Gabriel Ulises Leyva Rendón
Director de Medios de Comunicación.


Arturo Méndez

Atención a medios de comunicación

arturo_mendez@inah.gob.mx

artest26@yahoo.com.mx

Ext. 417511

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