• La exposición reúne 150 obras, entre pinturas de caballete, esculturas de vestir y objetos de uso cotidiano, de colecciones públicas, privadas y eclesiásticas
• El último apartado es un espacio de reflexión sobre el papel de María como madre afligida, modelo y espejo de las madres dolientes en la actualidad
La tradición sanangelina de los altares de Dolores se presenta un año más en el Museo de El Carmen, con siete montajes distribuidos en diferentes salas del recinto, bajo el título: Corazones en luto de María y José, que permiten reflexionar y conectar con el sufrimiento que atraviesan madres y padres ante la pérdida de un hijo o hija.
Con la representación del director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al inaugurar la exposición, el secretario técnico, José Luis Perea González, expresó que estas creaciones colectivas ennoblecen el dolor y la nostalgia y, “más allá de su carácter religioso, su pervivencia da cuenta de su enraizamiento trascendental en la cultura material e inmaterial que nos define como mexicanos”.
En este sentido, la directora de Desarrollo Social de la alcaldía Álvaro Obregón, Maritza Ordaz Sánchez, dijo que, a través de 150 obras, la exhibición “permite observar la evolución de estos altares, desde tiempos novohispanos hasta nuestros días, sin que hayan perdido su esencia: la representación del dolor, la esperanza y el amor incondicional”.
La directora del Museo de El Carmen, María Amparo Clausell Arroyo, señaló la coincidencia de varias conmemoraciones en el marco de esta muestra. Por una parte, las del Día Internacional de las Mujeres y todo marzo dedicado a la reivindicación de sus luchas; y, por el otro, la Cuaresma y el día de San José en el calendario católico, “que nos aproximan al lado humano de padres y madres”.
Abundó que, dos de los sietes dolores que sufrió la Virgen María, los compartió con su esposo José: La huida a Egipto y El niño perdido en el templo; experiencias que conectan, de forma atemporal, con quienes –por diversas circunstancias– deben migrar de sus lugares de origen, en condiciones adversas, y también con aquellos que padecen la angustia de la desaparición de un hijo.
Al respecto, “la última sala de exhibición fue pensada como un espacio de reflexión y diálogo, en torno y con las madres dolientes de hoy, las madres buscadoras, pero también con los papás que, por igual, lloran y sufren por los hijos que dejan ese espacio vacío, y cuyas fotografías van tapizando las paredes de plazas y edificios”, abundó la titular del recinto.
En la exposición, organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INAH, colaboraron los artistas Luis Alberto Colomos, quien presenta chamarras pintadas a mano con “las dolorosas” de hoy, los rostros de madres migrantes y activistas, entre ellos, el de la chihuahuense Marisela Escobedo; así como Mauricio Sánchez Patzy, Antonio Álvarez Morán y Alejandro Soleá, que crearon series de técnica mixta, bajo la misma temática.
El público admirará centenar y medio de obras: pinturas de caballete, esculturas de vestir y objetos de uso cotidiano de los siglos XVII al XXI, procedentes de colecciones públicas, privadas y eclesiásticas, entre ellas las de los templos de San Sebastián Atzacoalco y Santa Teresa la Nueva, del Centro Histórico capitalino, y la parroquia de San Isidro Confesor, en Huixquilucan, Estado de México.
Asimismo, los museos Nacional de las Intervenciones y del Colegio de las Vizcaínas facilitaron pinturas excelsas, como El señor de Santa Teresa, de José de Ibarra; El sueño de San José, de Juan Correa, y Virgo Dolorosissima, de fray Miguel de Herrera.
No obstante, como señaló el curador Víctor Manuel Cruz Lazcano, alrededor de 70 por ciento de esta selección procede de los acervos del propio Museo de El Carmen. Sobresale el óleo, datado entre los siglos XVII-XVIII, Los dolores de San José, en el que su imagen aparece rodeada de cartelas que representan sus aflicciones, como los mencionados pasajes bíblicos.
Comentó que la mística carmelita es eminentemente mariana, “por ello, no resulta ajeno que, conforme a este principio, se conmemoren los dolores que padeció la madre de Jesús, a través del montaje de estos altares. Por otro lado, nos damos cuenta que la piedad josefina también fue fundamental para esta orden, ya que los dolores de San José se asociaron con los de su esposa.
“La trascendencia de estas devociones en el imaginario es patente en su impronta en la cultura visual de nuestros días, de ahí el espacio que dedicamos para reflexionar al respecto y acerca del papel de María como madre afligida, modelo y espejo de las madres dolientes en la actualidad”, finalizó.
En las redes sociales del recinto se darán a conocer diversas actividades alrededor de esta muestra, como un ciclo de conferencias.
Con entrada libre, Altares de Dolores. Corazones en luto de María y José podrá visitarse hasta julio de 2025, en el Museo de El Carmen (av. Revolución 4 y 6, San Ángel, alc. Álvaro Obregón, Ciudad de México).
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