• Un antiguo internado indígena albergará una historia que comenzó hace 174 años, con la fundación de Noh Cah Santa Cruz Balam Nah
• Con seis salas, el nuevo recinto también reflejará la contemporaneidad de los mayas, cuidando que su presencia y voz estén representados
Las secretarías de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y de la Defensa Nacional (Sedena), como parte de las acciones culturales vinculadas con la construcción del Tren Maya, trabajan en conjunto en la creación del Museo Histórico de la Ciudad de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, espacio que busca reivindicar el devenir de un lugar sagrado para los rebeldes mayas, de ahí que lo nombraran Noh Cah Santa Cruz Balam Nah, “Gran pueblo de la Santa Cruz, de la casa del jaguar”.
Personal de la Sedena rehabilita el inmueble que alojó el internado indígena “Gral. Lázaro Cárdenas”, para albergar una historia de 174 años, pues cabe recordar que la cabecera municipal se fundó el 15 de octubre de 1850, luego del levantamiento conocido como la Guerra de Castas, iniciado tres años antes.
Un equipo de profesionales de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH y del Centro INAH Quintana Roo, en diálogo con integrantes de las comunidades, afina los aspectos museológicos y museográficos de lo que será un nuevo recinto cultural para el estado, el cual mediante seis ejes temáticos ahondará en ese pasado y su actualidad.
“Este espacio surge a iniciativa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que con esta idea salda una deuda histórica, porque los acontecimientos políticos en torno a Noh Cah Santa Cruz Balam Nah fueron los que posibilitaron, más de un siglo después, el 8 de octubre de 1974, la fundación de Quintana Roo como entidad federativa.
“La finalidad del museo es no quedarse en una crónica de los hechos ocurridos en el siglo XIX, sino reflejar también la contemporaneidad de los mayas, cuidando que su presencia y voz estén representados”, explica el director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón.
El público conocerá los detalles de su fundación. Su génesis está en la llamada “Cruz parlante”, la cual enviaba mensajes, escritos y orales, a los rebeldes mayas con las instrucciones para sus incursiones bélicas; no obstante, el Museo Histórico no agota su relato en este movimiento, advierte el antropólogo.
Cabe recordar que la hoy ciudad de Felipe Carrillo Puerto –nombrada así hace 90 años, en reconocimiento al exgobernador de Yucatán, promotor de la organización y la defensa de los mayas de la península– fue la capital del territorio rebelde de la Guerra de Castas, la cual duró 54 años.
La segunda sala abordará la producción del chicle en la región, la única goma de mascar natural en el mundo, proveniente del árbol de chicozapote en las selvas quintanarroense y campechana, y que tuvo alta demanda durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, y la Guerra de Corea. En el gobierno cardenista se crearon cooperativas, para que estas tuvieran condiciones de negociación más favorables con las grandes compañías extranjeras.
El tercer apartado aborda la educación tras la terminación de la Guerra de Castas, en 1901. Los mayas mantuvieron una actitud hostil hacia toda institución federal, incluida la política educativa integracionista, liderada por José Vasconcelos, en la década de 1920. Los maestros fueron rechazados de distintas formas; fue hasta los años 50, cuando fructificaron los esfuerzos por llevar la educación formal a este territorio.
La silvicultura, por medio de la milpa y la extracción de la miel, son el eje de la cuarta sección. Como refiere Molina Rendón, desde tiempos prehispánicos y hasta hoy, los mayas han practicado la apicultura con la abeja melipona. Lo mismo sucede con la milpa, sistema en el que conviven el maíz, el frijol y la calabaza, al que acompaña un complejo calendario ritual vinculado con las deidades de la selva.
La quinta sala pondrá énfasis en el fenómeno del turismo como actividad económica global, el cual, a partir de la creación de Cancún, en 1971, se dio de forma masiva en la costa norte del estado, integrando como mano de obra a mucha de la población maya, y dio origen a un desarrollo desigual.
“Esto ha supuesto que las comunidades cuenten con una remuneración laboral, que no les aporta el trabajo agrícola tradicional. También, existe un impacto, no siempre positivo, en su modo de vida y valores, el cual se refleja, por ejemplo, en el abandono de la milpa o en el desplazamiento de su lengua y creencias”, señala el titular del Centro INAH Quintana Roo.
Por último, el museo tratará el arte y la religiosidad popular maya, compuesta por múltiples expresiones en las que la Santa Cruz permanece como símbolo reverenciado en cinco santuarios, incluido Felipe Carrillo Puerto.
Actualmente se efectúa la integración del acervo que mostrará el Museo Histórico de la Ciudad de Felipe Carrillo, en el cual el público encontrará piezas representativas, como una pequeña cruz de inicios del siglo XX, donada por un teniente de la guarnición de Tixcacal Guardia; o fotografías de las formaciones rebeldes en la década de 1930, capturadas por Sylvanus Morley en su visita a dicha localidad.
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