• Esa área restringida de la zona arqueológica podrá ser recorrida por el público únicamente los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de 2024
• Expertos en antropología física y arqueología participarán en un conversatorio informativo sobre los ritos prehispánicos de enterramiento en la región
Con motivo de la conmemoración de los Fieles Difuntos y para resaltar el uso social del patrimonio, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dependencia de la Secretaría de Cultura federal, a través del Centro INAH Puebla, abrirá al público, por unos días, el Altar de los Cráneos Esculpidos, en la Zona Arqueológica de Cholula (ZAC).
Habitualmente restringida a la visita, a esa sección del sitio solo se podrá acceder los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de 2024, donde se colocará una ofrenda, la cual contará con elementos característicos de la época prehispánica, informó el titular de la representación estatal del instituto, Manuel Villarruel Vázquez.
A las 10:00 horas del 31 de octubre se abrirá el altar al público y, a las 11:30, se realizará el conversatorio “Costumbres funerarias en la Cholula prehispánica”, en el auditorio del Museo Regional de Cholula, con la participación del investigador emérito del INAH, Zaid Lagunas Rodríguez, y del arqueólogo del Centro INAH Puebla, Sergio Suárez Cruz.
La plática abordará las tradiciones de los ritos funerarios en el área de Cholula, desde el periodo Clásico (1-800 d.C.) hasta el Posclásico (1000-1525 d.C.), detalló el administrador de la ZAC, Martín Cruz Sánchez, al referir que durante el evento se obsequiarán algunos ejemplares del libro El Altar de los Cráneos Esculpidos de Cholula. Una interpretación antropológica (2012), del antropólogo físico Lagunas Rodríguez.
Este vestigio arqueológico, recordó, fue descubierto entre 1935 y 1936, como parte de los trabajos arqueológicos realizados en la zona, a cargo del arquitecto Ignacio Marquina, con la colaboración de Wilfrido Du Solier; se ubica en la plataforma noroeste de la Gran Pirámide de Cholula y, probablemente, fue construido durante el periodo Epiclásico (900-1000 d.C.), en una época posterior al abandono del gran basamento.
Al interior de la plataforma se encontraron los esqueletos de dos individuos adultos, uno femenino y otro masculino, de acuerdo con el antropólogo físico Javier Romero Molina; ambos tenían ofrendas asociadas a su género, por ejemplo, los objetos de la mujer eran dos comales, un malacate de barro, dos agujas y un alfiler de cobre con filigrana en su cabeza para el cabello, entre otros; mientras, al hombre le colocaron un omichicahuaztli, (instrumento musical parecido al güiro), puntas de flecha de obsidiana y numerosas vasijas, entre las que destaca una silbadora con pintura roja y blanca, con figuras de plumas y chalchihuites, y la representación de una figura humana estilizada, tal vez, un guerrero.
Cruz Sánchez relató que los entierros se limpiaron, se consolidaron y se volvieron a colocar en el altar, quedando como una ventana arqueológica, es decir, una vitrina que permitía observarlos desde el exterior.
Sobre las particularidades del enterramiento, el investigador emérito Zaid Lagunas Rodríguez resaltó que los individuos fueron enterrados a modo de ofrenda para el altar, por lo que se cree que fueron sacrificados. Asimismo, subrayó, por la calidad y el tipo de objetos hallados con los esqueletos, se cree que la mujer pudo pertenecer a la elite, y el hombre a la clase guerrera.
El nombre del altar, añadió el antropólogo físico, deriva de unos cráneos modelados en barro cubiertos de estuco, los cuales se hallaron en las paredes norte y sur, mismos que coinciden con el acomodo de los cuerpos: la mujer yace en la esquina sureste, y el hombre, en la noreste.
Respecto al simbolismo de la ofrenda, agregó que se tiene la teoría de que el altar es una oblación dedicada a Tláloc, dios de la lluvia, y a las montañas sagradas. La colocación de la ofrenda, para el Día de Muertos, dijo, será una oportunidad de conocer y difundir los sistemas antiguos de enterramientos en la zona.
Dicha iniciativa se convirtió en una tradición desde 1992, cuando los trabajadores de la ZAC tuvieron la idea, explicó Martín Cruz Sánchez al mencionar que esta se interrumpió en 2020, debido a la emergencia sanitaria por la COVID-19. Este año se retoma como proyecto institucional.
La ofrenda al altar de cráneos contendrá diferentes semillas, colocadas en cajetes de barro, como frijoles, maíz de colores, cacao, chile, flor de cempasúchil y amaranto, finalizó.
Las y los visitantes podrán admirar el altar de manera controlada y no masiva, a través de las ventanas que protegen los restos óseos, de 10:00 a 17:00 horas. La entrada a esta sección del sitio arqueológico no tendrá costo.
La Zona Arqueológica de Cholula se ubica en av. Morelos y 8 Norte, en San Pedro Cholula, Puebla.
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