Recorrer el presente, re/imaginar el futuro.  
40 años del INAH en Querétaro, un pretexto para enriquecer nuestra labor

 

 

En sus 85 años de existencia, el INAH ha consolidado su presencia territorial y su labor institucional. Sumado a ello, el personal del INAH ha adquirido conocimiento y especialización así como una capacidad de organización y compromiso político que le impregnó de una cultura de lucha por los derechos de sus trabajadores. 

Con una red de museos afianzada y un discurso unificado, una presencia institucional en todo el territorio nacional y una plantilla de personal comprometido y politizado, un INAH, consolidado vio llegar al neoliberalismo fincado en la misma misión que le vio nacer: la de proteger, conservar, investigar y difundir el patrimonio cultural, abonando en la construcción de una sola identidad en una nación que es multiétnica y pluricultural.

Las posturas individualistas que comenzaron a impregnar las morales personales y los embates del neoliberalismo llevaron al adelgazamiento del estado que construyó el partido político hegemónico durante el siglo XX. Estas posturas hicieron mella en lo más profundo de nuestra institución. En los 90 por ejemplo, una oferta de retiro voluntario puso en jaque a la cultura colectiva sindical ofreciendo a una gran cantidad de trabajadores jubilarse con el doble de su retiro a cambio de la pérdida sus plazas. Esta disyuntiva entre el bien individual y el colectivo comenzaría a ser cada vez más constante en el cotidiano del INAH. 

El fenómeno de la globalización comenzó a ser parte del día a día de los mexicanos, no sólo a través del consumo como una forma de pensar y hacer ciudadanía, sino también como una fuente para la construcción de identidades y modelos que abrevan de fenómenos globales y desterritorializados. Esto lo observamos en el Centro INAH Querétaro en nuestra labor diaria, ante autoridades locales que inspiran sus políticas públicas en los logros de otros países o frente a públicos que entienden sus identidades desde los fenómenos globales.

Así, con el traslado del INAH de la Secretaría de Educación Pública a la Secretaría de Cultura en 2015 emergió la pregunta ¿Qué sentido tiene el estudio, conservación y difusión de la producción cultural diversa y profusa que tuvo lugar en México antes del siglo XX sin el objetivo de la educación? 

Desde 1939, el INAH y quienes trabajamos en él sabemos cuál es nuestra labor y cómo se lleva a cabo. Sin embargo, y a partir de los cambios políticos y globales desde su creación, tal vez el INAH requiera de un ejercicio profundo de reflexión para replantearse cómo mejorar los procesos de sus funciones sustantivas, con el “para qué” en el centro.

¿Cómo celebrar un aniversario? 

En nuestro artículo Sociedad: un modelo de gestión colaborativa; experiencias desde el Centro INAH Querétaro, parte del libro Centros INAH. Enfoques desde Tierra Adentro publicado este año con motivo del 85 aniversario del INAH, comenzamos a esbozar una estampa del estado en donde desarrollamos nuestra labor:

Querétaro es un estado que se ha transformado de manera considerable en los últimos 40 años. El más reciente censo, realizado en 2020, concluye que su población se ha triplicado en diez años y su capital es 16 veces más extensa que hace 40 años. 

Este crecimiento ha resultado en una entidad de contrastes, con una estructura y dinámicas fragmentadas en la que diversas comunidades reinventan su cohesión grupal y sus arraigos a los entornos que habitan.

Esta breve caracterización del tiempo y espacio en el que se ha consolidado la presencia del INAH en Querétaro desde 1984  nos dio una plataforma para proponer que la labor del Centro INAH en esta entidad ha transitado de lo vertical a lo horizontal es decir, que junto a la misión de proteger, investigar, conservar y difundir el patrimonio cultural hoy reconocemos la necesidad de construir procesos de gestión que apuesten al diálogo y potencialicen las bondades de una sociedad culturalmente diversa para que sean las propias comunidades quienes de manera activa signifiquen, usen, disfruten y cuiden sus patrimonios culturales. En este contexto, llega el 2024, que marca la celebración de un aniversario de número cerrado: el 40. 

¿Cómo acercarse a la conmemoración de la adultez de una institución? ¿qué hacer para bascular sobre esa extraña sensación entre la fascinación y el miedo que da llegar a una especie de madurez institucional? En Querétaro, comenzamos por hacer una de las cosas que más nos gusta en instituciones de corte intelectual como lo es el INAH: pensar.  Y hacerlo en colectivo. 

Las reuniones comenzaron y las ideas fluyeron: pensábamos que, dadas las líneas de trabajo que propuso la dirección, nuestras comunicaciones deberían ser horizontales, con las instituciones y las comunidades tanto como entre las distintas disciplinas que integran la oficina estatal. Pensamos, también, que la enunciación no tendría que ser en primera persona: hablaríamos de los logros en plural, como hitos alcanzados en colectivo, lo que brinda una visión más integral de nuestra labor.

Así, nos planteamos llevar a cabo una campaña de comunicación consistente en una serie de videos que revelaran los grandes temas con los que trabaja y se relaciona el patrimonio en Querétaro, algo así como categorías que agrupan los hitos y las tareas que desarrollamos. Algunos de estos temas fueron: el agua, la biocultura, el paisaje y el territorio, las ciudades históricas, lo inmaterial y las herencias culturales. En estas categorías podíamos conjugar la labor de protección de monumentos como los emblemáticos Arcos con el trabajo antropológico de investigar los rituales del agua en un solo tema y entender cómo los conocimientos que abrevan de este vínculo densifican y desdoblan nuestro entendimiento del patrimonio. 

Por otro lado, y de manera casi intuitiva, nos hicimos esa pregunta de la que hablábamos arriba ¿Además de lo evidente, de qué sirve a la sociedad que llevemos a cabo esta labor? Y en este sentido, identificamos una serie de retos que vislumbramos y que nos encontramos en nuestra labor cotidiana: el aprecio por la multiculturalidad, el desarrollo de las comunidades que le dan sentido y sustento al patrimonio, la regulación y planeación de las actividades económicas que fomenten el desarrollo sin destruir nuestra tierra y las estrategias para hacer frente a la crisis climática y la escasez hídrica que amenaza nuestros territorios. 

Esto dio lugar a una estructura para escribir los guiones de pequeñas cápsulas que nos obligaba a contar brevemente la historia del tema del que hablamos, a plantear los hitos que se han logrado en este tema relacionados con el patrimonio durante estos 40 años y enunciar los retos que vislumbramos en este sentido. Estas escrituras se dieron de manera colectiva y nos encontramos en su proceso de producción, que se han convertido en el corazón de una reflexión profunda. 

Me gustaría mostrar a continuación una de las cápsulas de esta serie que plantea El Agua, como eje que teje nuestra labor interdisciplinaria. 

Por otro lado, decidimos lanzar una convocatoria planteada a partir de los 4 retos identificados para ofrecer un programa de académico que resultó en 17 conferencias y 7 presentaciones de libro que con esfuerzo y creatividad hemos sostenido con una oferta presencial y en línea que potencia su difusión. Integramos, además, una serie de 5 exposiciones que integran la visión de los retos del futuro y los temas que nos interesa abordar en nuestra campaña.

Finalmente, pensamos que era necesario renovar la imagen y encontrar una frase que comunicara el esfuerzo de reflexión que estábamos haciendo. Así, bajo el slogan Recorrer el presente, re/imaginar el futuro, lanzamos todo este trabajo en un evento celebratorio que convocó a la comunidad cercana que ha colaborado con el INAH en estos 40 años.

Los resultados y los impactos 

El evento de lanzamiento de nuestra campaña, al que asistieron, 120 personas, tuvo una cobertura considerable de medios locales y dio lugar a la invitación a colaborar en un periódico local de manera permanente. Nombramos a esta con el mismo slogan de nuestro aniversario: Recorrer el presente, reimaginar el futuro y hasta hoy ha tenido 15 publicaciones: textos de divulgación que se publican de manera semanal en el suplemento cultural de mayor circulación en la ciudad. 

Los resultados del conjunto de actividades que constituyen nuestra celebración pueden plantearse en dos ejes: los logros de difusión y los logros de organización y reflexión interna y los presentamos desde lo cuantitativo a lo cualitativo. 

En términos de difusión, nuestras 17 conferencias y 7 presentaciones editoriales integran el trabajo de 30 expertos del centro INAH y de otras instituciones. Estos eventos hasta ahora han recibido 391 asistentes presenciales y esta cifra se duplica con los asistentes virtuales, en la mayoría de los casos. Por otro lado, los videos permanecen en nuestras redes sociales y suman ya las 14,517 reproducciones y aunque no hay que dejarnos impresionar por las cantidades y las métricas de las redes sociales – porque algunas de estas reproducciones sólo duran un minuto- el esfuerzo de las transmisiones híbridas sin duda potencializa los alcances nuestros difusión y divulgación. 

Otra métrica importante de nuestras redes sociales es la interacción, es decir, el porcentaje de personas que reaccionan de alguna manera a las publicaciones que hacemos: este porcentaje del 36%, 18 puntos porcentuales más a la cifra que teníamos antes del lanzamiento de nuestra campaña.

Es importante mencionar que entre los especialistas que participan en este programa se integran expertos que trabajan instituciones diversas como la UAQ, otros centros INAH, investigadores de Colegio de Michoacán, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y el Tecnológico de Monterrey por decir algunos, lo cual es una señal de las acciones de vinculación que se llevan a cabo para lograr estos eventos. 

Sobre los temas tratados en las conferencias, además de mostrar las investigaciones recientes de áreas diversas que muestran una profundización en el conocimiento del territorio y que consideran, entre otros, a los municipios de Querétaro, Cadereyta, Amealco, San Juan del Río, Huimilpan y Tolimán, su planteamiento, en las más de las veces interdisciplinario, permite leer de manera entretejida un interés en temas actuales como los movimientos y poblamientos humanos, la consideración de la diversidad étnica de nuestras sociedades, los fenómenos globales como la turistificación y los retos de movilidad que atañen a las ciudades y las herencias culturales de nuestros pueblos originarios. 

En cuanto a las exposiciones planteadas como parte del programa de aniversario se han llevado a cabo 4: un recuento de la cartografía de Querétaro presentada en un recinto privado de reciente creación, la magna exposición Del Romanticismo a la Modernidad hecha en colaboración con la CNMyE y el Museo Soumaya, Escultura es un acueducto, una intervención contemporánea en las salas permanentes del Museo Regional y la presentación del último hallazgo arqueológico del Centro INAH un atlatl de 2000 años de antigüedad. Todas estas con un gran impacto en términos de visitantes y de visibilidad de la labor del INAH en nuestra localidad. Por ejemplo, sólo la exposición Del Romanticismo a la Modernidad recibió poco más de 38000 visitas en su periodo de exhibición.

En términos de organización interna, 12 trabajadores participamos en el desarrollo y organización de este aniversario: Adrián Colchado, Alicia Esparza, Carlos Viramontes, Carolina Cepeda, Claudia Dovalí, Guadalupe Hernández, Israel Lara, Paula García, Paulina Macías, Rosa Estela Reyes, Tania Padilla y Yanet Lezama. Todos nosotros conformamos poco más del 10% de todo el personal del INAH Querétaro. Este equipo integra áreas diversas de la institución y si a esta cantidad se suman quienes formaron parte de las conferencias tenemos un 20% del equipo del INAH involucrado.

Ponernos de acuerdo para para garantizar el aforo a nuestras conferencias en una ciudad con unas dinámicas de movilidad muy fragmentadas y con una densidad poblacional muy baja hizo que nos reuniéramos a pensar cómo potenciar nuestra campaña; la intensidad del programa de conferencias y presentaciones (uno o dos eventos semanales) nos obligaron a compartir las responsabilidades y hacer turnos; y los retos técnicos para el desarrollo híbrido de nuestro programa nos hizo a diseñar manuales para poder llevar a cabo las transmisiones en vivo de las conferencias. Con todo esto, aprendimos les unes de les otres. 

Todo este trabajo audiovisual constituye además una especie de archivo de nuestras investigaciones recientes y nuestros procesos de pensamiento colectivos que nos ha permitido mirarnos y admirarnos. 

Por otro lado, la invitación a colaborar con el suplemento cultural Barroco del Diario de Querétaro, nos llevó a plantear un pequeño consejo editorial que dio lugar, en ocasiones, a una interacción entre éste y los autores para articular las publicaciones de divulgación, lo que contribuyó a un enriquecimiento de los textos y a la posibilidad de la retroalimentación entre pares que construye confianza y equipo en la producción y divulgación del conocimiento. 

Así mismo, el reto intelectual de conceptualizar nuestra celebración de aniversario representa una oportunidad para replantear la manera en la que nos vemos y cómo queremos que el INAH se presente en Querétaro ante la sociedad: pasamos de entendernos como un guardián del pasado a un agente del presente y del futuro que desata procesos colectivos para enfrentar los enormes retos que nos acechan y nos han llevado a plantear y reforzar la idea de que los queretanos tenemos un patrimonio que hemos cuidado con esfuerzo y orgullo. Y que mantenerlo, investigarlo y divulgarlo es una herramienta para hacerle frente a los retos del presente y del futuro.

Esta labor hizo que nos diéramos cuenta de que el patrimonio cultural se conceptualiza de manera fragmentaria, en compartimentos. Se estudia y analiza en categorías y dimensiones que apenas se tocan. Cada especialidad sustantiva del INAH habla su propio idioma, desde su propia epistemología y no dialoga con los otros saberes, por ejemplo, la dicotomía de tangible e inmaterial o material y vivo, cada vez funcionan menos, pero hemos construido un cuerpo de conocimiento y normatividad alrededor de ella.  Este esfuerzo nos ha obligado a entender nuestra labor de manera menos ”compartimentada”.

Más aún, nos dimos cuenta de que estamos empeñados en mirar hacia atrás. Nuestra postura de Recorrer el presente intentando superar la fragmentación de nuestra labor con miras al futuro nos abre un sin fin de posibilidades, no sólo para estudiar el patrimonio cultural sino para enfrentar fenómenos como la desigualdad, el desarraigo, la inseguridad y la polarización. 

Desde esa postura inédita, de mirada hacia adelante y tratando de superar la fragmentación, reconociendo y aprendiendo del otro, quizás podamos estar en mejor sitio para el estudio, la investigación, la protección y la conservación del patrimonio, pensando que esta labor tiene sentido en el futuro y no en el pasado; esto que nos invita a mantenerlos no como objetos inertes, atrapados en vitrinas e intocables, sino como fuentes de conocimiento que requieren divulgación. 

Más allá de las diferencias de esquemas de contratación de filiaciones a áreas o sindicatos o de fines personales en el trabajo cotidiano este nuevo porqué hallado sí nos convoca y los resultados internos y de difusión que hemos logrado nos entusiasman y motivan. 

Quizás aquí podamos encontrar la fuente y el centro para superar las adversidades que la institución enfrenta en estos tiempos de austeridad republicana, de procesos burocráticos extremos y del exceso del interés por lo individual en lo colectivo.

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