"Prioridades institucionales para la conservación y protección del patrimonio cultural"

 

María Bertha Peña Tenorio. CNCPC 

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, ante un presupuesto limitado, tendrá que enfrentar varios retos, dos de ellos son:

  1. Establecer mecanismos para involucrar a los trabajadores del instituto, en la toma de decisiones sobre las prioridades para atender las funciones del Instituto establecidas en su Ley Orgánica, así como propiciar la participación en las actividades necesarias para cumplirlas.
  1. Establecer prioridades que garanticen la conservación y protección del patrimonio cultural, así como atender a comunidades, grupos sociales, usuarios y visitantes de museos, zonas arqueológicas, monumentos y zonas de monumentos.

En la ponencia se planteará una propuesta para abordar estos dos retos.

Contexto presupuestal para el 2025

Se inicia un nuevo sexenio que marca como prioridades gubernamentales los programas de bienestar y de salud, crecimiento sostenible y crear entornos propicios para el desarrollo. En cuanto a los órganos e instancias de gobierno, se plantea que el gasto sea para temas prioritarios de cada institución y que se eliminen privilegios de sus funcionarios. En el caso del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el presupuesto asignado para el 2025 aparentemente es menor al de 2024, sin embargo, lo que se expone desde la Secretaría de Hacienda, es que, al terminar la construcción del Tren Maya, los recursos asignados para el rescate arqueológico, así como para la infraestructura de zonas arqueológicas y museos del área maya están cubiertos, y se entra en otra etapa que no requiere la misma inversión, por lo que el presupuesto del INAH es aparentemente igual a años anteriores. En declaraciones recientes de la presidenta Claudia Sheinbaum, del presupuesto recuperado de los extintos órganos autónomos, se apoyará a las escuelas del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y a las de Instituto Nacional de Antropología e Historia., y todavía esperamos los últimos ajustes al presupuesto del sector cultural.

Mecanismos para la participación de los trabajadores en las decisiones presupuestales.

En el Informe de Gestión Institucional INAH 2018 2024, quiero destacar el punto

VIII. Fortalecer la estructura y operación institucional, a través de ordenar, sistematizar y potenciar procesos de trabajo.

En este apartado se destaca que en mayo de 2021 se publicó el Reglamento de la Ley Orgánica del INAH, y lo señala como prioridad para fortalecer la estructura y la ejecución de tareas primordiales del Instituto. En el documento quedo establecida la estructura institucional a nivel nacional, con sus funciones específicas, y de cuatro consejos consultivos de área y un Consejo General Consultivo.

Los Consejos son órganos colegiados consultivos de la Dirección General, que tienen representantes tanto de las autoridades como de los trabajadores, lo que permite que en estos espacios se propicie el intercambio de puntos de vista y se tenga un panorama de cada una de las áreas del Instituto.

Sin embargo, no siempre se ve reflejada la opinión de todos los trabajadores de los diferentes centros de trabajo, lo ideal es que en cada unidad administrativa se formen grupos colegiados con representantes de trabajadores de las cuatro áreas del Instituto y las autoridades del centro de trabajo, y que su función sea la de hacer un diagnóstico de las tareas sustantivas que tienen que cumplir, las necesidades básicas, conocer, analizar y canalizar el presupuesto designado a la unidad, organizar grupos de trabajo con el personal con el que se cuenta, y que de manera colegiada puedan decidir cuáles serán los proyectos con los que se atenderá la problemática existente y el destino de los recursos.

Es importante motivar la participación de todos los integrantes de un centro de trabajo para la atención del patrimonio cultural a su cargo. Esta propuesta no es nueva, se manifestó desde los años ochenta del siglo XX, década en que se tuvieron avances importantes en la organización del Instituto, dos elementos importantes fueron la conformación de las Condiciones Generales de Trabajo (CGT) en la que se perfila la participación de los trabajadores en el desarrollo de proyectos institucionales como un derecho fundamental, y el otro evento importante fue la revisión de la Ley Orgánica del Instituto en la que se definían y ampliaban las funciones sustantivas del INAH, documento en el que ya se mencionaba la creación de consejos consultivos con la participación de los trabajadores, mismos que se concretaron con la publicación del Reglamento de Ley Orgánica del INAH en mayo de 2021.

Prioridades que garanticen la conservación y protección del patrimonio cultural

En cuanto a la conservación y protección del patrimonio cultural, es conveniente priorizar las actividades de conservación preventiva, porque son la base que garantizan la preservación de los bienes culturales.

Entendemos como conservación preventiva todas aquellas acciones que propician las condiciones adecuadas de exposición, resguardo, empaque, traslado de los bienes, cuidando las condiciones adecuadas de luz, humedad, medio ambiente, y limpieza tanto de los bienes como de los espacios que los resguardan. El mantenimiento de los monumentos y edificios que salvaguardan las colecciones es una actividad tanto de conservación preventiva como de prevención de riesgos de eventos naturales o antropogénicos.

La conservación preventiva requiere de la participación de todo el personal de los museos, de las zonas arqueológicas, de monumentos históricos, incluso de los visitantes a estos recintos, así como de las personas que integran comunidades aledañas a los mismos espacios. Pero el esfuerzo de coordinación para cuidar y proteger los bienes muebles e inmuebles garantiza el conocimiento y disfrute del patrimonio cultural, y retrasa la intervención de su restauración porque mantiene en buen estado de conservación tanto a los bienes muebles como inmuebles.

Si consideramos que la inversión institucional en la conservación preventiva es mucho menor que la de la restauración de bienes culturales, incluso si se invierte en capacitación del personal del INAH y de otras instituciones culturales, y de personas que integran grupos sociales, comunidades, encargados responsables de recintos religiosos, de museos comunitarios o de otros sitios con expresiones culturales de interés comunitario, entonces comprenderemos que tendremos que establecer como prioridad institucional una política de conservación preventiva, garantizando que para darle cobertura a las tareas fundamentales, necesitamos garantizar el presupuesto necesario, las condiciones administrativas que se requieren para su ejecución y propiciar la participación de los trabajadores de cada centro de trabajo del Instituto.

Resumiendo, para hacer frente a la función sustantiva del INAH de proteger y conservar el patrimonio cultural de la nación, y considerando que el presupuesto con el que cuenta la Institución es limitado, se tienen que tomar medidas para la organización institucional, propiciar espacios de participación de los trabajadores, y priorizar las actividades de conservación preventiva de bienes culturales muebles e inmuebles.

Ciudad de México, a 25 de noviembre de 2024

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