FOROS ABIERTOS HACIA EL INAH DEL FUTURO 

TEMA:  EL FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL EN TIEMPOS DE CAMBIO. 

 

¿QUÉ ES EL FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL?

El fortalecimiento institucional tiene una gran diversidad de conceptualizaciones y orientaciones, dependiendo del tipo de institución de que se trate.  Es importante por ello acotar que hablaremos específicamente del Instituto Nacional de Antropología e Historia, nuestro INAH, como un organismo público descentralizado del Sector Cultura del gobierno federal, que goza de un amplio reconocimiento nacional e internacional por su señalada trayectoria de 85 años de servir a México como entidad responsable de fortalecer la identidad y la memoria de nuestro país, mediante la investigación, preservación, protección, docencia y difusión de su patrimonio paleontológico, arqueológico, antropológico e histórico.

El fortalecimiento institucional no es una condición de facto, es una construcción cotidiana, dinámica y variable. Requiere de un aprendizaje individual y colectivo de sus colaboradores y de sus estructuras operativas. Condicionado por las propias circunstancias internas y por los factores externos del contexto, el reto es identificar los componentes de ese fortalecimiento, que van modificándose con el pasar del tiempo.   Es preciso desarrollar y revisar las estrategias que habrán de mantenerlos y darles la solidez que se requiera, para asegurar que el INAH continúe siendo una institución fuerte, eficaz y eficiente frente a las actuales condiciones de cambio y de confrontación que se dan actualmente, tanto al interior del INAH como alrededor del proyecto político que hoy gobierna nuestro país.

Con respecto al desempeño interno del INAH, habrá que reconocer, aceptar y asegurar lo que le da razón de ser, que es fortalecer la identidad y la memoria de la sociedad que lo detenta.  Por ello, es prioritario asegurar la eficacia y la eficiencia, la calidad y la oportunidad del trabajo institucional, para lograr que esa misión se cumpla. La planeación, la prospectiva, la programación, el diseño de escenarios futuros y los instrumentos de evaluación y de rendición de cuentas, son herramientas que en este contexto deben darse como ejercicios colectivos, abiertos, democráticos e incluyentes. 

Es innegable la creciente predominancia de la tecnología en todos los procesos y tareas que lleva a cabo el INAH en cada una de sus áreas. En consecuencia, deberán fortalecerse los sistemas de seguridad cibernética, la actualización y capacitación permanentes de nuevos instrumentos, tanto en la administración como en las áreas técnicas; en escuelas, museos, sitios arqueológicos, etc.  La adopción de nuevas tecnologías en las áreas de difusión y de museos y exposiciones, reviste particular importancia para poder acceder a un más amplio y diverso público.

Como se ha hecho del conocimiento público, habría una importante reducción presupuestal del INAH para el próximo año 2025. Esta condición obliga a llevar a cabo una racionalización del gasto, estableciendo prioridades y respetando obligaciones laborales, contractuales y de servicios. El déficit presupuestal es un antiguo problema del INAH, que desafortunadamente no se ha logrado resolver y que continúa creciendo. Una institución fortalecida es una institución con recursos. Hoy más que nunca se hace indispensable dar prioridad y apoyar la gestión de recursos extraordinarios, nacionales e internacionales, públicos y privados. El establecimiento de convenios de colaboración con otro organismos federales, estatales y municipales es una estrategia que puede aportar múltiples beneficios, particularmente en el espacio local. Asimismo, pudiese considerarse la suspensión temporal de algunos servicios y el cierre temporal de algunos museos, como se hizo durante la pandemia en ciudades como Paris, Madrid y Nueva York, en tanto se resuelven en forma segura, las contrataciones de los servicios externos de limpieza, jardinería y seguridad.

El INAH no permanece ajeno al actual clima político de México y a la polarización que los cambios normalmente generan entre la población en general, y en particular, dentro del INAH.  Hay diferencias con respecto a políticas institucionales recientes por parte de diversas representaciones sindicales que no debilitan, sino que más bien enriquecen el debate democrático interno, para lo cual es necesario contar con espacios de expresión libre y de entendimiento razonado, para evitar confrontaciones inútiles y siempre teniendo en mente el fortalecimiento de la institución y la tranquilidad en el espacio laboral. Siempre serán bienvenidos la atención de los órganos de gobierno y el manejo respetuoso de los conflictos internos

Se habla de una institución fortalecida cuando ésta cuenta para su operación con criterios técnicos de decisión, con transparencia; con flexibilidad sí, pero no con discrecionalidad, favoritismos, opacidad o conveniencias. Ante el actual escenario de cambios internos y externos, el INAH más que nunca debe mostrar su carácter técnico como norma de decisión.  La falta de revisión y de actualización de trámites, procesos, protocolos, normas y disposiciones, puede provocar ineficiencia, tiempos largos de espera, decisiones incorrectas, etc. Estos problemas pudiesen inducir criterios personales que, aunque razonables, no conllevan apego a la normatividad vigente. Todo lo anterior crea desconfianza y debilita a la institución.  Criterios técnicos e información oportuna a fin de generar unión y confianza dentro y fuera del INAH, son elementos muy importantes del fortalecimiento institucional.

Esta no pretende ser una propuesta exhaustiva, más bien la idea es atraer la atención sobre la relevancia de superar día a día la fortaleza de nuestra institución y abordar algunas estrategias de carácter general al respecto. Y tal vez podamos abrir un más amplio debate sobre el tema.  En estos tiempos de cambio y de rediseño de la estructura del gobierno federal, en mi opinión personal, reviste particular importancia asegurar que el INAH goce de una bien reconocida y creciente fortaleza institucional. 

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