Caminos abiertos hacia el INAH del futuro. 
Foros de discusión sobre la circunstancia y perspectivas del INAH

Apertura de sitios arqueológicos. Iniciativas federales, estatales o municipales

 

 

Jaime Cedeño Nicolás 
Dirección de Operación de Sitios, CNAr - INAH

 

En México, existen más de 55 mil sitios arqueológicos registrados; de éstos, solo 193 están abiertos al público, además de una Zona Paleontológica, es decir, hay 194 Zonas en condición de uso público. Estos espacios han tenido múltiples razones o motivaciones para su apertura. Se considera que la primera fue Teotihuacán, en 1910, a iniciativa del presidente Porfirio Díaz, en el marco de las fiestas del centenario de la independencia de México y, hacia el fin del siglo pasado, sumaban alrededor de 180 Zonas abiertas al público. En los últimos años o, mejor dicho, en los últimos tres sexenios, se han abierto 21 Zonas arqueológicas, cifra que, en términos meramente estadísticos nos arroja un promedio de 1.16 Zonas por año, cifra muy razonable en términos de las actividades de planeación que implica la apertura de una Zona arqueológica, sin embargo, las cifras absolutas indican que en el sexenio de 2007 a 2012 se abrieron 14 Zonas; de 2013 a 2018, se abrieron cinco y en el sexenio de 2019 a 2024, solo dos. La iniciativa de Felipe Calderón alcanzó una cifra record en los sexenios recientes, tal vez sólo comparable al sexenio de Carlos Salinas, con los llamados megaproyectos, periodo en que se abrieron, entre otras Zonas, Dzibanché, Xochitécatl, Vega de la Peña y Cantona.

La figura del ejecutivo federal en la iniciativa por abrir Zonas Arqueológicas ha estado presente desde 1910. Sin embargo, en épocas más reciente, otros niveles de gobierno han estado presentes también en estas iniciativas, ya que para los gobiernos estatales representan, al igual que para el gobierno federal, sobre todo en lo que va de este siglo, un atractivo turístico más. Los gobiernos municipales, por su parte, no ven con malos ojos estas iniciativas, ya que ven en la apertura de las Zonas Arqueológicas, un detonante de la economía local y más aún, una posibilidad de administración de recursos adicionales a su presupuesto, idea totalmente errónea ya que, la administración de la Zona Arqueológica compete, por ley, únicamente al INAH y, por otro lado, la Zona nunca es detonante de la economía local debido a que en la mayoría de las veces no existen otros atractivos o infraestructura turística en el municipio en que se localizan, situación que influye también en la baja afluencia de visitantes a las mismas.

Por otro lado, es importante hacer notar que, en la geografía de las Zonas Arqueológicas abiertas al público, predominan las Zonas de la llamada Mesoamérica y dentro de esta, el área maya se lleva el primer lugar con 66 Zonas, distribuidas en cinco estados de la República, dejando atrás el norte de México con 33 Zonas en, cuando menos, 12 estados.

Estas problemáticas, la baja afluencia de visitantes, la nula contribución al crecimiento de la economía local y el desequilibrio en lo que podríamos llamar la muestra arqueológica de México, tienen su raíz en la ausencia de un análisis integral: geográfico, económico, social y cultural, necesario para la toma de decisiones, en este caso, para la apertura de una Zona Arqueológica.

Es conveniente entonces, para cada una de las intenciones de apertura, realizar un análisis de factibilidad que considere cuando menos cuatro aspectos básicos: factibilidad de regularización de la propiedad; factibilidad para coadyuvar en el crecimiento económico local y regional; factibilidad de atracción de visitantes y, finalmente, la pertinencia de apertura de acuerdo con el estado de la república en que se localice y el número y tipo de Zonas preexistentes en el mismo y en la región. Una vez realizado este análisis y habiendo tomado la decisión de abrir una zona al público, se procede a implementar el proceso de Planeación para la apertura.

La Dirección de Operación de Sitios (DOS), dependiente de la Coordinación Nacional de Arqueología, encargada de las acciones de planeación, operación y manejo del patrimonio arqueológico en condición de uso público, cuenta desde 2006 con los Lineamientos para la Apertura de Zonas Arqueológicas a la Visita Pública. La última versión de este documento (2023), denominado ahora Lineamientos para el Manejo y Operación de Zonas Arqueológicas y Paleontológicas abiertas a la Visita Pública, considera que se debe cumplir con requisitos mínimos para iniciar con el proceso de apertura de una Zona, el cual debe:

  • Ser resultado de una investigación académica avalada por la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH.
  • Incluir trabajos de consolidación y conservación de monumentos.
  • Garantizar la integridad de la zona arqueológica a través de estudio de capacidad de carga.
  • Garantizar intervenciones periódicas de mantenimiento mayor y conservación de monumentos, de acuerdo a los preceptos legales nacionales e internacionales.
  • Incluir un proceso de regularización de la propiedad, a través de compra de ésta o convenio de comodato a favor del INAH o de alguno de los tres niveles de gobierno, así como la regulación del uso de suelo.
  • Incluir la gestión y firma de convenios, contratos y acuerdos con los tres niveles de gobierno y terceros, con fines de protección del patrimonio paleontológico o arqueológico (incluyendo el sumergido).
  • Contemplar la habilitación de la infraestructura necesaria para la visita pública.
  • Garantizar gastos de operación y manejo, incluyendo recursos humanos, materiales y existencia de bienes y servicios a 10 años.
  • Apoyar a las comunidades aledañas a través de capacitación y trabajo especializado.

Por su importancia, la regularización del régimen de propiedad es prioridad en el proceso de apertura de una Zona arqueológica. Esto sin embargo no se lleva a cabo; basta con revisar las bases de datos del Sistema de Información para el Maneo de Zonas Arqueológicas (SIMZA) de la DOS, para constatar la gran variabilidad en el régimen de propiedad que existe al interior de los polígonos de Las Zonas arqueológicas. En estas se puede apreciar que, al interior de los polígonos de las zonas arqueológicas, se tienen las siguientes variantes de propiedad:

Tipos de propiedad en Zonas arqueológicas

Tipo de propiedad

Número de casos

Propiedad federal

Expropiaciones

11

Terrenos nacionales

5

Terrenos nacionales en posesión

6

Zona federal

56

Propiedad privada

Dominio pleno

9

Pequeña propiedad

16

Propiedad privada

72

Propiedad social

Área especial

44

Núcleo agrarios

100

Parcelas

55

Solares

21

Uso común

69

Fuente: Dirección de Operación de Sitios, s/f

Una de las grandes ventajas que ofrece la propiedad pública del polígono, es la instalación y desarrollo de infraestructura, tanto de operación como de servicios al visitante, condición también prioritaria para la apertura de una Zona Arqueológica. La instalación de infraestructura debe ser acorde con la superficie abierta al público y con la capacidad de carga calculada para esta, con el fin de dar cobertura suficiente a las necesidades de los visitantes, Además debe ser planeada y diseñada de acuerdo con las condiciones ambientales y de manera sustentable. 

La apertura de una Zona, los monumentos expuestos y la infraestructura, exigen desde luego otra condición prioritaria: La existencia de recursos humanos, materiales y financieros que permitan subsistir a la Zona en condiciones ideales para su conservación y también, para el disfrute de los visitantes, garantizando así una experiencia educativa y cultural plena, por lo que, además de gestionar los recursos institucionales, es indispensable también gestionar y firmar los convenios, acuerdos y contratos necesarios con los tres niveles de gobierno, a través de sus dependencias oficiales, sean estas de carácter ambiental, de ordenamiento territorial, turismo, seguridad pública, entre otras; así como con organizaciones de la sociedad civil interesadas en la protección y conservación del patrimonio. 

Como se puede observar, la apertura de una Zona rebasa la sola intención de hacerlo, requiere, a la vez, el diseño de todo un proceso de planeación en que se involucran acciones intra e interinstitucionales; por ello, con el fin de abatir las problemáticas aquí expuestas, creemos que es tiempo de asumir la responsabilidad que nos corresponde y efectuar, con las dependencias pertinentes del Instituto, mesas de trabajo para analizar y proponer alternativas de solución, en las Zonas arqueológicas ya abiertas, sobre la regularización del régimen de propiedad, la falta de infraestructura y mantenimiento de la misma, la falta de presupuesto propio bajo la figura de gasto básico, la creación de programas permanentes de conservación y la regularización del personal contratado, así como la firma de convenios y contratos con actores gubernamentales y de la sociedad civil, entre muchos otros aspectos. El camino será largo y sinuoso, pero no irrealizable.

Bibliografía

Dirección de Operación de Sitios

s/f Tipos de propiedad en Zonas arqueológicas con visita pública. Inédito, archivo electrónico de la Dirección de Operación de Sitios, México.

2006 Lineamientos para la apertura de Zonas arqueológicas a la visita pública. Inédito, archivo electrónico de la Dirección de Operación de Sitios

2023 Lineamientos para el manejo y operación de Zonas arqueológicas y paleontológicas abiertas al público. Normateca, INAH, México. Disponible en https://www.normateca.inah.gob.mx/norma/public/completo.php?tipo_normatividad=1

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